Y la sangre fluye y no para
Se escurre entre la hierba,
Entre la nieve, entre la tierra.
Y esa cascada roja
Que fluye entre tus manos
Sin que lo notes
Pertenece a gente que ama.
Y ese breve suspiro
Que cruza la habitación
Muerde el corazón
De alguien que también suspiró.
Es increíble que a estas alturas y con todo lo que sabes sigas matando todo a tu alrededor y destruyas lenta y dolorosamente la tierra y lo que ella implica.
Aún la lucha del hombre contra el hombre persiste y sólo tendrá fin si se elige uno de los dos caminos.
Desde hace tiempo hemos perdido el camino, desde hace tiempo que la compasión no existe.
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